Ayer fue uno de esos días en los que alguien, en este caso fue "la tele", te da un par de bofetadas y te vuelve a poner los pies en el suelo porque tu mente está un poco amodorrada.
Fue uno de esos días en los que en el trabajo te va mal, justo como el día anterior y como irá probablemente al día siguiente y desde muy tempranito te notas de mal humor, empeorando la situación por momentos y cuando llegas a casa, hartísimo, tienes que hacer grandes esfuerzos para no pagar tu día con la única persona capaz de arreglártelo. Es uno de esos días en los que piensas más en lo que podrías conseguir y menos en lo que ya tienes, te sientes como una especie de leve desgraciado y te notas así como enfadado pero sin saber por qué.
Así, con mis extrañas sensaciones y mi anulado ánimo me puse a ver las noticias mientras "la aguilucha" y yo comíamos. Y entre un montón de desastres y dramas que nos cuentan cada día, ayer hablaron de que hay 132 MILLONES, ojo ¡MILLONES! de NIÑOS, ojo ¡NIÑOS! trabajando cada día de sol a sol en condiciones de esclavitud.
Mientras veía imágenes de pequeñuelos de 6 y 7 años embarrados, con muñecas tan gruesas como las mías, sujetando picos y azadas más grandes que los propios chiquillos... me imaginaba que 132 millones de niños sería algo así como 3 Españas enteras llenas de niños esclavos, ¡3 Españas! y lo peor de todo es que si esos niños que veía en las imágenes tuvieran la oportunidad de ver 1 día la tele como hacía yo en ese momento, probablemente se sentirían tan afortunados en la vida como me estaba sintiendo yo, cuando vieran los millones de niños que cada año mueren de hambre en el mundo, sin tan siquiera tener la asquerosa oportunidad de llevarse algo a la boca a cambio de interminable trabajo.
Tengo una vida privilegiada, familia, un trabajo digno, amigos que nunca olvidaré, una novia que no merezco y una bici chulísima, pero ESTE MUNDO ES UNA PUTA MIERDA
Fue uno de esos días en los que en el trabajo te va mal, justo como el día anterior y como irá probablemente al día siguiente y desde muy tempranito te notas de mal humor, empeorando la situación por momentos y cuando llegas a casa, hartísimo, tienes que hacer grandes esfuerzos para no pagar tu día con la única persona capaz de arreglártelo. Es uno de esos días en los que piensas más en lo que podrías conseguir y menos en lo que ya tienes, te sientes como una especie de leve desgraciado y te notas así como enfadado pero sin saber por qué.
Así, con mis extrañas sensaciones y mi anulado ánimo me puse a ver las noticias mientras "la aguilucha" y yo comíamos. Y entre un montón de desastres y dramas que nos cuentan cada día, ayer hablaron de que hay 132 MILLONES, ojo ¡MILLONES! de NIÑOS, ojo ¡NIÑOS! trabajando cada día de sol a sol en condiciones de esclavitud.
Mientras veía imágenes de pequeñuelos de 6 y 7 años embarrados, con muñecas tan gruesas como las mías, sujetando picos y azadas más grandes que los propios chiquillos... me imaginaba que 132 millones de niños sería algo así como 3 Españas enteras llenas de niños esclavos, ¡3 Españas! y lo peor de todo es que si esos niños que veía en las imágenes tuvieran la oportunidad de ver 1 día la tele como hacía yo en ese momento, probablemente se sentirían tan afortunados en la vida como me estaba sintiendo yo, cuando vieran los millones de niños que cada año mueren de hambre en el mundo, sin tan siquiera tener la asquerosa oportunidad de llevarse algo a la boca a cambio de interminable trabajo.
Tengo una vida privilegiada, familia, un trabajo digno, amigos que nunca olvidaré, una novia que no merezco y una bici chulísima, pero ESTE MUNDO ES UNA PUTA MIERDA
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