26 de mayo de 2008

Barro a la Sombra

Cuando tus amigos tienen un día tonto y te dan la espalda, un buen plan se trunca acabando con toda la ilusión que habías ido acumulando y hasta el mismo cielo cierra los ojos ante ti, plasmándote en la cara sus gruesos párpados de nubes negras... tan sólo hay una cosa que pueda alegrarte el día. Sólo la compañía del lado femenino puede hacer que tu corazón vuelva a latir con fuerza. Sólo la compañía de unas perfectas y firmes curvas es capaz de hacerte olvidar cualquier otro plan. Su cuerpo perfectamente acoplado bajo el tuyo hará que vuelvas a sentir el placer de la brisa en la cara. Su suave tacto en las manos te llevará a la locura más intensa, sintiendo en tus nalgas la respuesta a cada uno de tus empujones. Te hará ponerte en pie hasta agotar tus energías, haciéndote llegar al éxtasis físico donde el esfuerzo y el dolor se exprimen, dejando escurrir por el alma un fino chorro de placer. Sensaciones únicas que te lanzarán a lo más alto de las más bellas montañas, donde las raíces de los árboles guardan más de mil años de secretos, donde los oídos se colapsan ante el estremecedor grito del Valle del Silencio, donde la mirada se embelesa ante el contemplativo planear de las aves de presa y la piel renace al contacto de la lluvia fresca.
Te destrozará con su placentera tortura hasta hacerte creer que ya no puedes más y un instante antes de que te rindas, te recompensará con el mejor de los orgasmos, donde la Sombra y el barro se funden en un vertiginoso descenso en el que todo habrá merecido la pena.
Sí amigos sí, ayer salí en bici... y llovía.