Sin más contacto que las coincidencias
del paseo a un tercero en ascensor
los típicos saludos de rigor
y breves formalismos de apariencias
Tu marcha ha escarbado en mis conciencias
y le azota en el pecho a un servidor
un triste latigazo turbador
que le hace recordar ciertas vivencias
Primera bici, Reyes del noventa
abrí la puerta y me diste un recuerdo
y yo lo acepté, aunque no me di cuenta
Llovieron años pero yo aún me acuerdo
y aquel niño, hoy también se lamenta
y hoy que te vas, yo me quedo el recuerdo