Me enamoré de ella sólo con verla
desde ese momento todo dio igual
dominado por impulso brutal
no pensaba en más sino poseerla
Tal llegó a ser mi obsesión por tenerla
que mi deseo llegó hasta el final
aún recuerdo ese momento especial
en el que al fin me decidí a cogerla
Con ella sudo como con ninguna
me sé de memoria su silueta
nunca jamás monté otra alguna
que me diera tanto incluso quieta;
pensarán mal más de uno y de una
tan sólo hablo de mi bicicleta
3 comentarios:
A mí no me engañaste, desde la segunda estrofa (más exactamente desde el quinto verso) supe que hablabas de tu querida bici :D .
Pues yo tengo la mente sucia pq... :S
Para ellos va dedicado el soneto, para los "mentes sucias" porque las mentes limpias no pican
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